Teníamos las entradas pedidas por Internet tres meses antes de que María Dolores Pradera viniese ayer al Teatro Cervantes y, sus canciones fueron un lujo para todos los que estábamos escuchándola. Estaba preciosa y la teníamos tan cerca... que pudimos decirle... te queremos... y ella pudo escucharlo. Fue emocionante oírla cantar y escuchar a los extraordinarios músicos que llevaba. Ver, con que delicadeza movía sus manos y nos explicaba cada canción, de quien era, con quien las canto alguna vez... y cogiendo un poncho o alguna otra prenda que le iba con esa canción, nos las ofrecía con la misma sencillez y elegancia de siempre.
Nos hizo mucha gracia cuando fue a cantar, El rosario de mi madre... al decirnos que ya se lo habían devuelto muchas veces. Comento sus paseos con sus hijos por Monte Sancha, El Limonar... y al terminar su actuación le aplaudimos, una y otra vez encantados de su actuación, nos pusimos en pie y le dijimos adiós con la mano, que ella nos devolvió con besos de agradecimiento por haber ido a verla y a escuchar sus bonitas canciones, que hemos cantado siempre con alegría.
El teatro estaba completo y solo se escuchaban sus canciones y los aplausos del publico... me dije muy orgullosa... quien tuvo retuvo.
Un abrazo y hasta pronto,
