Da gusto pasear por el centro en estos días, hoy estaba abierto un puesto de castañas por la mañana en el parque, las castañeras me han dejado hacerle una fotografía y cuando la iba a hacer, oigo... espere que salgamos las dos... y aquí están, siguiendo con la tradición. Por las noches, cuando refresca mas, las buscamos para coger el cartucho fuerte y calentarnos las manos, mientras nos las vamos comiendo.
Esperando tu turno vas viendo el humo que sale de asar las castañas y a veces el viento viene hacia ti y tienes que reírte con los tuyos porque no sabes donde ponerte para poder respirar un poco, pero sigues allí, esperando, ya que solo vuelven por Navidad.
Son momentos entrañables, llenos de recuerdos gratos y cuando te llega el turno y coges el cartucho, que quema, te das cuenta de que tus recuerdos son reales en esos momentos y te sientes muy feliz por ello.
Saludos y hasta pronto,