Con el día tan estupendo, paseando y después una ración de pulpo compartiendo sus esquisiteces, nos hizo pasar una mañana muy alegre, compramos su pan y recogimos las cervezas en otro de los mostradores, tenían varias cosas pero lo que mas salia era el pulpo de esas grandes ollas donde los estaban cociendo y se nos iban los ojos mientras nos tocaba el turno. Estaba tan tierno y sabroso que la gente repetía de nuevo escuchando su música no demasiado fuerte. Si vienen al año que viene seguro que repetimos.
Saludos y hasta pronto,